Cuando montamos una pequeña empresa, siempre estamos a la expectativa del momento en el que necesitemos contratar al primer empleado. Esa situación se espera con una mezcla de alegría y miedo. Alegría porque significa que el negocio está echando a andar o se consolida. Pero también temor porque afrontamos una nueva etapa, un proceso que pueda ser más complicado de lo que pensamos a priori.
“Contratar al primer empleado es el paso que más vértigo da a cualquier emprendedor. Más que pasar de 40 a 50 trabajadores. Es el momento en que mayores dudas asaltan porque nos enfrentamos a las dificultades de definir el perfil: establecer cuál debe ser la formación, competencias y habilidades y ajustarlas a una retribución ecuánime”, declara Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Para Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), las principales dudas que surgen al realizar esta primera contratación “son el coste y la duración del contrato. Al autónomo, por su desconocimiento habitual de la relación laboral, no le preocupan otros aspectos de las condiciones de trabajo, bien porque considera que forman parte del acuerdo directo con el trabajador o porque referencia estas condiciones a la normativa laboral aplicable, por lo que lo deja en manos de su gestor administrativo”.
¿Dónde busco?
Una vez definidas nuestras necesidades, tenemos que intentar llegar a los candidatos más adecuados para el trabajo que ofrecemos. Esto no siempre es fácil. Hay diferentes maneras de contactar con ellos y habrá que elegir aquellas que más nos convengan dependiendo de nuestra necesidad. No será lo mismo buscar un trabajador con alta cualificación que un obrero manual. Y la abundancia de candidatos puede complicar la búsqueda si no tenemos claros los criterios de selección.
“El mayor inconveniente de no haber hecho una buena elección de la herramienta de búsqueda de candidatos es la demora en el proceso de selección o la posibilidad de no encontrar ningún candidato óptimo”, señala el presidente de ATA. Estos son algunos de los recursos con los que contamos:
Portales de empleo. Para que la búsqueda sea fructífera, Esteban Grau, responsable de Negocio de Infolancer.net (portal para freelance de Infojobs.net) especifica que “cuanto mejor explique un empleador qué busca y ofrece, mejor se ajustarán los currículos que reciba. Aconsejamos incluir un cuestionario previo a la inscripción, que sirve como filtro para preseleccionar candidatos en función de los parámetros que decida el empleador”. Además de los portales de empleo generalistas, como Infojobs.net, Infoempleo.net, Monster.es, Trabajar.com, etc., contamos con otros sectoriales o páginas que incluyen secciones que acogen ofertas de empleo. Hay portales especializados en ofertas para secretarias y recepcionistas (Secretarias.com), del sector de la moda (Tiendasdemodaonline.com), turismo (Turijobs.com, Turiempleo.com), informática y telecomunicaciones (Tecnoempleo.com), energías renovables y medioambiente (Ambientum.com, Enviroo.com), etc.
Boca a boca y redes sociales. Sigue siendo uno de los medios de reclutamiento más usados. “Teniendo en cuenta que el 70 % de las ofertas de trabajo se encuentran fuera del mercado de trabajo, lo mejor es empezar por el boca-oreja, utilizando todas nuestras redes sociales y hacer mucho networking”, explica Miquel Bonet, abogado y profesor universitario experto en RR HH. Las redes sociales son la adaptación a nuestros tiempo del boca a boca. Para los candidatos, Facebook es la red más valorada para buscar empleo. Para los empleadores, LinkedIn.
SEPE, la alternativa pública. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE, el antiguo INEM) y los distintos organismos regionales homólogos son otra fuente a la que acudir. Basta con rellenar un formulario especificando las características del empleo ofrecido. Sin embargo, no es uno de los medios preferidos por los emprendedores. En primer lugar, por la lentitud del proceso. Además, la criba realizada por estos servicios a veces no es del todo satisfactoria. Firmando un convenio con este organismo se puede acceder a la incorporación de parados de 18 a 25 años de edad como aprendices o becarios bajo la forma de ‘prácticas no laborales en empresa’.
Entorno académico. Los Centros de Orientación e Información de Empleo (COIE) de las Universidades son un buen vivero donde encontrar talento sin que ello suponga un enorme coste. Para contar con los servicios de un becario que compatibilice estas prácticas con sus estudios tendremos que firmar un convenio de colaboración con la universidad, donde se recogerán aspectos como el horario de las prácticas, cuantía de la beca, duración, tareas a realizar, etc. El inconveniente es que se trata de personas sin experiencia y que el procedimiento de contratación suele ser lento. También podemos recurrir a escuelas de negocios y colegios profesionales.
La agencias ETT. Los autónomos y microempresas recurren poco a estas entidades, pero pueden ser útiles para realizar un contrato temporal y descargarnos del trabajo de búsqueda y preselección. Así, ahorramos tiempo y esfuerzo en una tarea para la que no estamos tan capacitados como estos profesionales.
Fuente: http://www.emprendedores.es/crear_una_empresa/mi_primer_empleado/mi_primer_empleado