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ERRORES "TONTOS" DEL EMPRENDEDOR NOVATO
15 octubre 2012 | Emprendedores.es - Administrador del portal
Consejos para montar tu propio negocio sin caer en los errores de los principiantes
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Los libros de gestión están llenos de listados de los grandes errores que comete un emprendedor al empezar: un presupuesto equivocado, no definir el público objetivo, elegir mal la forma jurídica, tener demasiada prisa por obtener resultados, carecer de la formación y la preparación adecuados, perder el entusiasmo… Conocerlos resulta fundamental para garantizar la supervivencia del proyecto y no engrosar el temible porcentaje de empresas que fracasan antes de los tres años.

 

Hay muchos otros pequeños fallos en el día a día que, si bien no comprometen tu futuro, pueden entorpecer notablemente tu actividad e incluso retrasar su inicio, llegando a ponerte en serios apuros. Muchos de ellos son de sentido común, otros están motivados por la falta de previsión y la gran mayoría tienen su origen en la inexperiencia lógica y, por qué no decirlo, en la soberbia.

Si no quieres pagar la novatada, no te pierdas esta selección que hemos preparado con los errores más tontos y, lamentablemente, más habituales.

Antes de arrancar         

Tienes una maravillosa idea y estás convencido de que va a ser un éxito o simplemente has decidido que ha llegado la hora de trabajar por tu cuenta. Sea como fuere vas a emprender, pero ten mucho cuidado a la hora de convertir ese proyecto en una realidad. Entre los errores más habituales, destacamos estos cinco.

CUIDADO CON EL PLAN DE NEGOCIOS.
Es la piedra angular de todo proyecto que empieza, porque determinará la hoja de ruta del negocio y, además, será la carta de presentación ante posibles inversores, a la hora de pedir un préstamo o para buscar socios. Pero muchos lo obvian. Su elaboración y redacción debe cuidarse al máximo porque, más a menudo de los que pensamos, se cometen muchos errores que pueden erosionar la puesta en marcha y la continuación de la empresa y dar al traste con nuestros intentos de financiación externa.

Consejo. En su libro, El plan de negocio en la práctica, el profesor y consultor Iñazio Irízar ha recogido cerca de 200 fallos habituales en la elaboración y redacción del plan. Desde los más obvios como el cuidado de la ortografía y el estilo de redacción, hasta los más complejos como no comprobar la coherencia de las cifras, no definir correctamente el público objetivo, subestimar el tamaño del mercado o la importancia de la competencia, ofrecer expectativas poco realistas, no explicar la política de ventas, obviar los canales de distribución, inflar las previsiones… Si tienes dudas, mejor pide ayuda externa para la elaboración, sobre todo para los cálculos contables.

RETRASARSE EN LA SOLICITUD DE SUBVENCIONES.
“Cuando decidí hacerme autónoma estaba cobrando la prestación de desempleo y me hablaron de la posibilidad de solicitar lo que me quedaba por cobrar en un pago único, pero no me informé bien y cuando fui a pedirla había sobrepasado el plazo”, cuenta C.L. Este tipo de errores son más habituales de lo que parece. Hay varias posibilidades de solicitar subvenciones o ayudas para crear tu empresa, pero es necesario estar atento a los plazos.

Consejo. En el caso de la prestación de desempleo, por ejemplo, el beneficiario que quiera solicitar el pago único tiene que tener pendientes por cobrar tres mensualidades. Además, caben dos opciones: el abono en un pago único (de hasta el 60%, que puede llegar al 100% en algunos supuestos) o la subvención de las cuotas de la Seguridad Social por el importe que reste por cobrar. Lo importante es saber que si quieres disfrutar de las dos opciones, debes formalizarlo en el mismo trámite. Otras ayudas, por ejemplo, la de promoción del trabajo autónomo, tienen que solicitarse entre tres meses antes de iniciar la actividad y los seis meses posteriores. Todas las ayudas tienen unos plazos determinados que es importante conocer para que no se nos pasen.

NO DARSE DE ALTA EN EL IAE.
A menudo los emprendedores confunden el pago del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) con el darse de alta en el mismo. Del primero están exentos todas las personas físicas (es decir, todos los autónomos que se hayan acogida a esta fórmula) y aquellas sociedades jurídicas (anónimas, laborales, limitadas) que facturen por debajo de 1.000.000 euros. Ahora bien, todas las personas físicas y jurídicas que quieran realizar una actividad económica, profesional o artística están obligadas a darse de alta en el IAE, que actúa en la práctica como un censo para Hacienda de todas las actividades empresariales que se desarrollan en territorio español.

Consejo. Para hacerlo sólo hay que presentar el DNI, el modelo de Impuesto sobre Actividades Económicas y el modelo 840 (Declaración del IAE) y 848 (Presentación de la cifra de negocios para calcular el importe a pagar) y puede gestionarse en la web de la agencia tributaria. Si se realiza a la vez que la declaración censal, hay que presentarla antes de iniciar la actividad. Si se hace independientemente, tienes un mes desde que empiezas. No hacerlo puede implicar una multa.

OBVIAR LA TARDANZA DE LOS TRÁMITES.
Tan importante como conocer los trámites para empezar una actividad, es saber cuáles son sus plazos, algo que a menudo olvidamos y luego se traduce en demoras y retrasos, con su consiguiente perjuicio económico.

Consejo. Para que te hagas una idea, a pesar de que ya hay algunos avances, según el informe Doing Business 2012 en España abrir un negocio requiere una media de 10 procedimientos que se demoran en el tiempo una media de 28 días. Infórmate sobre ellos bien con un asesor externo o con los numerosos portales especializados en creación de empresas para evitarte sorpresas desagradables.

LAS LICENCIAS DE NUNCA ACABAR.
“Había calculado todas las dimensiones del local e incluso encargado las estanterías a medida y ya estaba a punto de empezar las reformas, cuando de repente me enteré de que al ser un local abierto al público tenía que cumplir con las normas de accesibilidad y con el diseño que yo había planteado. Era imposible dejar el espacio de paso que me obligaba la ley. Tuve que cambiar todo el proyecto sobre la marcha, lo que me supuso un retraso importante”, recuerda un emprendedor del sector textil.

Consejo. El reciente nuevo Real Decreto-ley 19/2012 de 25 de mayo ha suprimido algunas de las licencias que más afectaban a la apertura de comercios minoristas, como la de apertura, la de cambio de titularidad o las de obras que no requieran la redacción de un proyecto. No obstante, es importante informarse bien antes de comprometerse con el arrendador sobre los permisos y trámites que te pueden afectar, incluidos aquellos que están relacionados con la adaptación del sistema eléctrico con la accesibilidad del local, entre otros.

En el día a día

 

Si has conseguido superar todos los baches iniciales, es el momento de poner en marcha tu negocio. En esta fase, que englobaría tanto el arranque como el día a día, hay que tener especial cuidado con la gestión de costes y la definición de objetivos. Estos son cinco de los errores que no debes cometer:

TIRO AL PLATO.
Uno de los errores más habituales en un emprendedor novato “es querer abarcar demasiados objetivos y como consecuencia, dispersarse. Ese fue mi caso: disparar a toda oportunidad que se presentaba. Había dos estrategias posibles: tener una amplia gama de productos para ver cuál funcionaba o un único producto bien definido y orientarlo al cliente. Opté por tener varios cursos destinados a la formación de habilidades directivas presencial y e-learning, desde coaching para el bienestar hasta gestión del estrés. La dispersión hizo que nuestro esfuerzo fuera mayor y no teníamos recursos suficientes para abordar con la calidad necesaria la oferta”, recuerda de sus inicios Miguel Quintana, desarrollador de Wellbeing Solutions.
En efecto, una de las mayores tentaciones que tiene el emprendedor novato es querer satisfacer todas las necesidades de sus clientes y eso puede meterlo en una rueda peligrosa que le haga, por un lado, alejarse demasiado de lo que es su modelo de negocio y, por otro, renunciar a la calidad en pro de la cantidad.

Consejo.  Es necesario definir muy bien cuál es nuestro producto y/o servicio, especializarse y focalizarse en él para realmente adquirir la capacidad diferenciadora. Ahora bien, todo ello ha de llevarse a cabo sin caer en el siguiente error.

DE AQUÍ NO ME MUEVO.
Esta sería la otra cara de la moneda del error anterior. Obcecarse en el modelo de negocio que has plasmado en tu plan de empresa y no adaptarlo al mercado. Como defiende Javier Belda Sanchís, socio y consultor de Thumbtack Publinet SL, “el plan de negocio se monta sobre suposiciones y no sobre realidades, por eso es necesario estar replanteándoselo continuamente para adaptarlo al día a día”. El inmovilismo y la rigidez pueden ser tan peligrosos como la dispersión.

Consejo. Para no caer ni en lo uno ni en lo otro, lo mejor es estar muy encima de tu negocio. ¿Qué significa esto? Fundamentalmente, escuchar lo que te piden los clientes, observar lo que se mueve en el mercado y analizar bien si la estrategia que has planteado no funciona porque realmente no atiende ninguna necesidad; en ese caso, debes desecharla inmediatamente o analizar si lo que requiere es, simplemente, unos retoques.

PICAR MUY ALTO.
Un fallo muy habitual entre los emprendedores novatos es empezar pensando en grande: una lujosa oficina, el mejor ordenador del mercado, un coche caro que desgrava y da muy buena imagen… Cuidado. Aunque dispongamos de un colchón para arrancar, es importante empezar con una gestión eficiente de ahorro de costes. Vete poco a poco.

Consejo.  Busca el local que mejor se adecúe a tus necesidades por ubicación, tamaño y precio, pero no aspires a tener la mejor tienda de todo el barrio. Empieza con fórmulas como el leasing o el renting para la mayor parte de los activos mobiliarios. Y, por supuesto, no aspires a un gran sueldo para empezar. Pon el foco en obtener ganancias cuanto antes y trata de optimizar al máximo los gastos. Esta época de crisis económica es muy buena para enseñarnos a funcionar con lo mínimo sin caer en lo cutre.

DE REFORMAS A CHAPUZAS DE PESADILLA.
Ojo con las obras, se saben cuando empiezan pero no cuando acaban. “Cuando alquilé el local, tuve que hacer algunas reformas. Hablé con el arrendador para que me dejase entrar un mes antes y no puso objeciones. Pero al final la remodelación se retrasó durante tres meses y tuve que pagar el alquiler dos meses sin poder abrir al público, con lo cual empecé la actividad perdiendo dinero”, recuerda C.B., propietario de una tienda de alimentación.

Consejo.  Este es uno de los errores más habituales: no calcular la duración real de las reformas y no prever los gastos que puede suponer tanto el retraso en el final de las obras como la imposibilidad de iniciar la actividad mientras dura la reforma. Trata de cerrar con el contratista los plazos bajo una posible penalización e intenta negociar con el arrendador una moratoria.

Cuestión de caracter

El emprendedor debe tener altas dosis de confianza en sí mismo y en su proyecto, saber rodearse del mejor equipo, asumir los riesgos del proyecto y tener la constancia y la perseverancia suficientes para seguir adelante aunque los resultados no sean los esperados. Ahora bien, todas estas cualidades pueden tornarse defectos, si no se gestionan bien. Veamos algunos ejemplos:

EL EMPRENDEDOR BRICOLAJE.
Con esta denominación, Juan Carlos Alcaide, director de MDS (Marketingdeservicios.com), alude a ese emprendedor que bien por ahorrar costes o por autosuficiencia pretende abarcarlo todo él solo: desde el diseño de la página web hasta la gestión de los trámites, pasando por la labor comercial y el desarrollo de producto. “En este afán por hacerlo todo uno mismo, el do it yourself del bricolaje, se encuentra la razón de la mortandad de muchas pymes a nivel mundial”, afirma.

Consejo. Existen numerosos recursos de gestión al alcance de cualquier emprendedor que no suponen un coste excesivo y que, a cambio, le permiten centrarse en lo esencial: el valor añadido de su negocio. Es cierto que existen muchas herramientas empresariales gratuitas en la Red, desde las que te permiten diseñar tu web hasta las que sustituyen a los asesores externos, tanto jurídicos como contables. Cuidado. En algunos casos, pueden resultar interesantes, pero si a cambio de ahorrar unos euros vas a ofrecer una imagen de escasa calidad, el coste a medio/largo plazo será muy superior.

QUÉ FELICES ÉRAMOS.
Sobre la idoneidad o no de ir acompañado en la aventura empresarial, hay diferentes opiniones. Para algunos, dos es siempre mejor que uno porque los inicios son duros y es bueno tener un hombro en el que apoyarse, una mano a la que asirse cuando cunde el desánimo. Para otros, sin embargo, es difícil que todos los socios expongan y arriesguen en la misma medida y, como defiende un experto en gestión comercial, “si el negocio fracasa, el que expone más es el que paga los platos rotos. Así que si tú destinas un euro, haz que todos los demás aporten lo mismo. Si no lo hacen, no cedas, emprende tú solo”.

Consejo. Si finalmente vas a emprender en compañía, es necesario dejar muy claro, bien a través de un pacto de socios o de los estatutos, qué ocurrirá con la sociedad en caso de que haya desavenencias. Este es uno de los errores con peores consecuencias para el futuro de la empresa. Tiene una razón lógica: cuando empiezas un proyecto estás muy ilusionado y te llevas muy bien con la otra persona. Pero el día a día, la lentitud con la que llegan los resultados y la ausencia de perspectivas pueden minar la voluntad del más entusiasta. Por eso es importante reflejar por escrito todos los supuestos que regularán la relación de los socios: el grado de implicación en el trabajo, la cantidad que invierten y, fundamental, qué ocurre cuando uno de los socios se quiere ir.

ESE `NO´ QUE NUNCA LLEGA.
“Durante los tres primeros años, no tuve ningún problema con el cliente. Pero a partir de un momento determinado, empezó a retrasarse con los pagos a la vez que aumentaba el número de pedidos. Durante unos meses traté de negociar con él una puntualidad que nunca llegaba, hasta que me dejó sin pagar los dos últimos trabajos y desapareció”, señala Pedro Enríquez, editor independiente.

Consejo. Si quieres ser emprendedor, debes estar atento a cualquier señal de alerta que te indique un cambio de rumbo en la relación con el cliente, pero sobre todo hay que saber decir ‘no’. Es una premisa fundamental para hacer frente a un cliente moroso, al que te aprieta demasiado o al que te exige trabajos que se escapan de tus competencias, al proveedor que te alarga las entregas intencionadamente, al familiar que te pide favores...

FIARSE DEMASIADO.
“Habíamos pactado verbalmente una cantidad por impartir el curso, pero cuando ya lo había realizado y llegó la hora de facturarlo, mi cliente se descolgó diciendo que la cantidad de la que habíamos hablado era en bruto y no en neto”, recuerda I. G., formadora independiente. Este es uno de los errores más de sentido común que, sin embargo, se repiten más a menudo de lo que creemos.

Consejo. No hay que dar nada por supuesto ni por cerrado a no ser que lo tengamos por escrito bien clarito. Incluso con los clientes habituales. Ten a mano hojas de pedido que puedas adaptar a cada situación y no tengas reparo en pasárselas a tu cliente para que te las firme o las corrobore antes de la entrega.

YO Y MIS COLEGAS.
Cuidado con el equipo del que te rodeas. Es importante seleccionar muy bien a la gente que va a participar en tu proyecto: ha de ser gente preparada, comprometida y eficaz.

Consejo. Tu negocio no es una ONG. Tu gente debe tener la actitud y aptitud adecuadas para el puesto que va a desempeñar, es más, preferiblemente rodéate de personas que sean mejores que tú en su parcela. Sólo así podrás avanzar.

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