España no es país para crear empresas ni poner en marcha negocios. No hay facilidades para arriesgar ni alicientes para ser valientes. Al menos esa es la impresión del 92% de los emprendedores españoles, tanto autónomos como empresarios. El porcentaje de pesimistas es bastante superior al del pasado ejercicio, cuando un 81,5% de los encuestados consideraba que en nuestro país no se facilita el emprendimiento. Esta es una de las principales conclusiones de la segunda edición del «Observatorio de Clima Emprendedor 2012», un estudio elaborado por la Fundación Iniciador y Sage que pretende conocer, identificar y evaluar tendencias, problemas, opiniones y situaciones de los emprendedores españoles.

El panorama que dibuja el estudio no es precisamente alentador. El emprendedor español asegura sentirse solo e incomprendido. Según el 33% de los autónomos y el 27% de los empresarios, nadie, ninguna persona u organismo, les apoyó al poner en marcha su negocio. El 33% de los autónomos y el 35% de empresarios aseguran que son sus familiares los que les han ayudado en esta decisión.

El estudio también confirma la sospecha de que el principal factor para emprender en España es la falta de oportunidades en el mercado laboral. Más de un tercio de los autónomos (37%) y las empresas nombran ésta como la principal razón por la que decidieron emprender. En definitiva, se decide emprender más por necesidad que por ambición, aunque la autorrealización personal (19%) y ser el propio jefe (17%) son otros de los motivos que se citan como razones para comenzar la nueva aventura laboral.

Para los emprendedores, el Estado (36%) debe ser el organismo que les apoye a poner en marcha su negocio. Sin embargo, solamente el 10% de los autónomos y el 12% de las empresas consideran que actualmente emprender es más fácil con el actual Gobierno, mientras que el 39% de los autónomos y el 34% de las empresas consideran que es más complicado.

Tanto los autónomos (30%) como los empresarios emprendedores (35%) consideran la falta de financiación como el mayor obstáculo para crear una empresa. Las cargas fiscales y la incertidumbre son también impedimentos que encuentran a la hora de poner en marcha su proyecto.

Recurrir a la familia

Así, una consecuencia directa de la crisis es que el 55% de los autónomos y el 49% de los empresarios han recurrido a la autofinanciación y la ayuda familiar para financiarse. El 4% de los emprendedores tanto autónomos como empresarios destinan la financiación obtenida a través de las indemnizaciones por despido a poner en marcha su negocio.